jueves, 30 de agosto de 2012

Testimonio


He sentido la piel de la serpiente sobre mis labios.
he reído a carcajadas mis penas,
cínicamente sonreído a los insultos,
calladamente afrontado los problemas,
he sentido un miedo incómodo,
he escapado de mí sin haberme visto en un espejo,
corriendo desesperadamente por un camino cubierto con espinas,
huyendo de lo que no conozco.

Descubrí imágenes desdibujadas con trazos horrendos
rompí cristales de imaginarios imaginarios
canté ebrio de sinrazón
me enamoré de un falso triunfo
sufrí en silencio
grité mi dolor un tiempo
abracé la nostalgia
perdí la batalla con la melancolía
y lloré bajo el abrazo de la noche.

Pensé en el sentido de la vida y me encontré con respuestas que no tenían soluciones
salté al abismo infernal de la humildad y me quedé estancado
odié la altanería y la prepotencia
y me vencieron en un duelo sin armas ni padrinos
me suicidé pensando en la soledad y la esperanza,
y cuando agonizaba escondido dentro de un closet
observando el negro de la ceguera
y los colores del fosfeno
escuché dentro de mí un grito:

Un grito sordo, una canción olvidada, una ilusión desilusionada
un tiempo para vivir la muerte en soledad, un hada
verde estancada en un vaso con azúcar derretida con agua
un frasco de sueños, roto
un silencio solo y taciturno:
eso es la melancolía, como sentimiento.

Sumergí mis pies en el estanque la melancolía
y fui encantado por el canto de sirenas cubiertas de nostalgia.

Caminé por desiertos libres de espejismos
y no creí en los oasis que la vida me obsequiaba
no bebí el agua de los cactos
ni caminé por senderos marcados por beduinos;
llegué a la ciudad cansado
y no quise encontrarme con gente del pasado
pero me persiguieron hasta encontrarme
los fantasmas de mil años perdidos
en caminar sin rumbo
en soñar con un cambio radicalmente radical,
conmigo a la cabeza.

Desistí de mis grandes ambiciones
y fui visto como una de las grandes mentes destruidas de alguna generación
sucumbí ante mis capacidades y derroché mis objetivos
hasta quedarme solo entre gente que me aprecia
y luché con todas mis fuerzas por aquellos para los que jamás signifiqué.
Defendí con mi pluma causas imposibles
y escribí con lápiz que borró el tiempo lo que realmente me importó,
entonces no importó nada más que lo que no importaba,
el tiempo destruyó lo verdadero
se perdieron los valores
y quedaron mis días dedicados al amor
y el sufrimiento dedicado a mis días:
allí quedó sembrada la inextractable piedra de la locura.

Jade en sus ojos había
En su ilusión me quise hallar
Situándome en su pedestal
Sin saber cómo actuar
Intenté querer, traté de amar y fracasé
Cuando ya no había vuelta atrás
Anduve vagando entre sus sábanas, sabanas y valles.

Fui condenado a amar
Y firmé mi sentencia de muerte
Con una confesión
Construida con poesía.

Amé sinceramente y me dejé llevar
Levanté mis ojos al cielo de la ilusión
Engendré los más puros deseos y sentimientos
Jamás me rendí frente a los imposibles posibles y plausibles
Anduve equivocándome paso a paso en los caminos oscuros del cariño
Nadé en las aguas mansas de la excitación y fui vencido
Di todo lo que pudo y lo que no pude dar
Ratifiqué mi posición equivocada con aire cínico y risa a carcajadas
Amé sinceramente y fui condenado a amar.

He estado por fuera de mí,
Sufriendo la necesidad de volver al mundo
De conspirar contra mis sueños y mis utopías
De mirar las cosas como realmente son
Como no quiero verlas.

Me alejé de los barrancos del exceso
aprendí la lógica de la máquina estereotípica que desea la sociedad
e interioricé los ideales y la justicia que deseaban los libros de urbanidad;
cuando me encontré viviendo me descubrí un fracaso
y no tuve fuerzas para luchar contra la contradicción
entonces fui la contradicción
me entregué a la contradicción
contradije la contradicción
y las lágrimas se tornaron en risas
las risas en palabras
las palabras en silencios
los silencios en soledad
la soledad en nostalgia
la nostalgia en melancolía
la melancolía en escapes
al vacío de interior de mis ojos apagados
muertos
carentes de emociones
e incapaces de llorar.

Me aislé del mundo y creé uno mío
con palabras de otros
leí algunos libros encontrando referencias
historias y mundos
que hice míos
y hasta pensé que la vida es un libro
que los héroes existen
no sólo por un tiempo
y solo estuve solo.

En la insoportable levedad descubrí mi insoportable pesadez
ensordecí caminando por las calles hasta morir de frío
dejé mi cuerpo en Cali, Colombia, nuevo mundo, o tal vez en la luna, no lo recuerdo
convertí en estrategia mi táctica, quererte como sos,
y abandoné la esperanza cuando descubrí el engaño...
no hay estrategia.
Dividí mi alma con el lobo
sin percatarme de que puede cazar estando solo
y no me quedó nada
salvo un corazón que es un león enfrenado y una espina que me hiere
enterrada en su pata.
Me enamoré de la soledad que debería tener alas
y no aprendí nada sobre pájaros, ni sobre la historia del fuego
miré la rosa hasta pulverizarme los ojos
sin terminar nunca lo que nadie jamás empezó
no aprendí a nombrar lo que no existe
y en el umbral de mi mirada jamás estaremos yo y el que fui.

Fui incapaz de poner de presente algunas cosas que quería dejar en claro
estuve desnudo y no bastó para volver al paraíso
y sucumbí ante el encanto de la poesía de X-504.
Escribí poemas que llevaban por nombre sucesiones intestadas de letras con vida propia
escritas por manos muertas de un niño muerto solo
asesinado cruelmente por la vida.
Me desdoblé en un cuento escrito en un día sobre una idea de meses de insomnio
y canté la muerte de un alguien de otro alguien sin el menor sentimiento
con un ritmo incierto y una voz de miedo.
Compuse a la falta de inspiración con palabras inspiradas en un nombre de mujer
me enamoré de los cuentos de Cortázar y sufrí la decepción de jugar rayuela por el temor de pensar
me perdí en las entrevistas de Gonzalo Arango y hablé de nadaísmo con desconocidos
perdí los estribos eligiendo unos ojos, una sonrisa, una mirada ante la elección de un lugar
hice un trato a la izquierda del roble con un amor que nació como un niño muerto
y reí con la miseria de don Simeón
cuyo sufrimiento no duró cien años, pero sí sesenta.

olvidé mis libros y los cambié por canciones
por acordes con séptimas y novenas
por guitarras y trompetas
y escrituras impulsadas por el insomnio de las dos de la mañana
caminé bajo la lluvia pensando en esconder mis penas
o entregárselas a las alcantarillas y me fueron devueltas con intereses
canté maravillado por una voz que se pierde en espacios abiertos
me escondí en la salsa y el heavy metal
me perdí del mundo una vez más
para buscar música nueva
y al volver descubrí que todo estaba escrito
que todos se parecen de alguna manera
y quise llorar pero me contuve
y no porque así lo quisiera.

me cansé de andar contra la corriente
pero mis sonrisas fueron devueltas con puñaladas
mis credenciales fueron rotas en frente de mis fantasmas
y las voces cedieron a los gritos de dolor inmarcesibles
de la cruda realidad.
un espanto suicida se apoderó de mis extremidades
y subí hasta el último piso de mi ego para descubrir que allí había un sótano
corrí por las ventanas de mi imaginación y rompí algunas de las más altas
para tener de donde saltar
pero cuando me disponía a abandonarme a la euforia de la caída
mi propia mano me sostuvo
y estuve a punto de gritar mi silencio en una nota larga y desafinada

finalmente me perdí en las arenas de la escritura
y la muerte de mi corazón no logró que las palabras no bastaran,

Y mis silencios gritaron
y mis ojos se apagaron
y mis melancolías se concentraron
y mis ruidos callaron
y mis ambiciones se agotaron
y mis sueños se quebraron
y mis tiempos se pasaron
y mis esperas continuaron
y mis modales quedaron
y mis pensamientos se mataron
y mis descansos se acabaron
y mis amores escaparon
y mis pasos se acortaron
y mis caminos se alargaron
y mis utopías se realizaron
y mis pesadillas me asaltaron
y mis nadas no se relativizaron
y mis lágrimas cesaron
y mis risas caducaron
y mis mundos colapsaron
y mis realidades me abrumaron
y mis palabras se acabaron.

lunes, 20 de agosto de 2012

Alicia en el país de los desamores

-Hoy sólo hay lágrimas que se esconden tras las hipócritas miradas, las infelices palabras y la mediocre felicidad con que te saludaré si me llegas a hablar, si me llamas, si alguien quiere acercarse a mi mundo. 

Sólo hay lágrimas junto con las huellas de mis pasos por ese camino que no puedo encontrar. Alicia, hoy no hay conejo blanco, fue sólo una quimera, un espejismo que te llevó hacia la malvada reina roja, que es el amor. Sólo te resta llorar, Alicia, estás atrapada dentro de tu cuerpo, dentro de tu mente y dentro de tu alma; eres tu propia cárcel, mi hermosa Alicia, sólo tú tienes la llave.

-Esperaré hasta que te encuentres, Alicia, esperaré, pero no te tardes, que hasta el verdadero amor se cansa de esperar.


miércoles, 1 de agosto de 2012

Midnight dream

Ya es medianoche:
no se oyen pájaros
crueles sensaciones
desaparecen bajo el cauce de mil ríos
invisibles.

Escondidos bajo el espectro
de la luz de la ciudad
florecen sentimientos
ora lúgubres ora tiernos
recordando anterior felicidad.

Un rostro bello asoma
y no hay preocupaciones
el tiempo, detenido, ayuda
a olvidar tantos pesares
a fijarse en la hermosura.

Camina despacio
como al compás del reloj
se acerca
y miro, sólo puedo mirar
en éxtasis insaciablemente.

Una luna de óleo sobre lienzo
se cierne sobre la ciudad
el paisaje sse conserva taciturno 
el cuerpo dueño del rostro se acerca
dispuesto a besar, a acariciar, a amar.

Todavía es medianoche
pero ya no hay tiempo
se borra el rostro, desaparece el cuerpo
y sólo queda el paisaje
¡Es tan bello soñar!