viernes, 30 de noviembre de 2012

Agonía de las gotas de lluvia sobre mi ventana

Caen las gotas de agua
sobre la ventana...
las escucho
y quiero tocarlas,
pero está cerrada
y afuera... el frío
tal vez me mate:
no tengo abrigo.

¿Sentirán frío?
¿O será miedo?
porque las oigo
arrastrarse
y escucho su quejido.

Quiero tocarlas,
sentirlas, amarlas
pero son inalcanzables
y se acaban,
se acaban
se acaban...

Seguro tendrán miedo
y sus manos temblarán
o... ¿por qué vendrían
a esta realidad?

Aquí no hay nada,
es un pésimo lugar.

Pobres, pobres gotas
escapando hacia acá,
al mundo
de miseria y catástrofe
¡Destino fatal!
¡Nunca vivirán!

Nacieron muertas,
consumidas
por la idea de gustar,
por querer encajar.

Se aferran a la ventana
sin quererse resbalar...
y las veo, las siento
son mías, mi pensamiento.

Pero están podridas
como este lugar,
como mis sueños

sábado, 24 de noviembre de 2012

Al río

¿Por qué
te gusta tanto el río?

Porque el río
escribe cuentos,
porque el agua
trae historias
que hay que saber
escuchar.

Y... ¿cómo
se aprende
a escuchar?

No es sencillo,
debo precisar,
siempre...
se debe esperar,
tener paciencia,
respirar...
eso lleva tiempo...

También,
hay que buscar un lugar
en el cual
pasar el tiempo
y disfrutar
del sonido de las aguas
golpeando las rocas
al pasar.

Mientras,
puedes jugar:
lanzar algunas piedras,
mirar al cielo...
dejarte llevar.

¿Y luego?

Después
viene lo sencillo:
te cambias,
caminas con sigilo,
pides permiso para entrar
(nunca te lo negarán)
Y te adentras
apoyándote en las rocas;
sientes la corriente,
puedes dejarte arrastrar,
pero no muy lejos
o te extraviarás.

Ya estando en el agua,
empiezas a evocar
todos los momentos
que le quieras contar:
versos, poemas, canciones,
también recuerdos,
preocupaciones, presentimientos;
se los das
para que
el agua del río
se los regale al mar.

¿Por qué me gusta tanto el río?, preguntas

Porque...
en sus aguas
mis pensamientos
vuelven
a la libertad

Invitación a jugar (Paraguas)

Préstame un paraguas
¿Para qué?
Paraguas
Pa-ra-guas
y... ¿para qué?
si no hay como
caminar bajo la lluvia
sentir que el mundo se va
y el lugar,
la calle,
queda desierta
para reflexionar.

¿Qué cosas estás diciendo?
yo no me quiero mojar,
deja de decir estupideces,
si me mojo...
me voy a enfermar.

¿Y qué si te enfermas?
ya te curarás;
por un día, sólo un día,
vuelve a jugar,
a ser adolescente,
a saltar sobre los charcos,
a gritar.

Vamos de la mano
por las calles grises
a reírnos de los buses
de gente apretujada
con olor a muerte,
a rutina,
a seriedad.

Regresemos a la infancia
a la época escolar,
allá
donde las gotas de lluvia
nos hacían suspirar.

O... vete
toma tu paraguas
yo sí saldré a jugar.

lunes, 12 de noviembre de 2012

El caminante


Yo
 Que he despertado en medio de la oscuridad
Tratando de encontrar una luz divina
Desesperando en la búsqueda
Del éxtasis absurdo
De la inmensidad.

Invocando la aurora
De este estúpido mundo,
He convertido mis instantes en casualidad,
Mis recuerdos en anhelos,
Mis lágrimas en sueños
Y mi vida en mil infiernos,
Esperando el fin de mi realidad.

Yo
Que vi la luna tornarse blanca
Caminando con las manos en los bolsillos
Por barrios solitarios
He visto con horror salir el sol
Con sus personas de mentes cerradas
Y sus rutinas de desayuno, almuerzo y cena,
De cerveza en las quincenas
E infidelidades aplaudidas
Con sus esposas
Trabajando como esclavas
Por mantener su posición
De madre respetable,
de hija virtuosa
y también de amante…
porque… ¿a quién engañan?
también las mienten las mujeres
también traicionan.

He pensado
que de nada vale salir al mundo
si la contradicción
es una ley que nadie acepta,
en la que uno a uno van cayendo
hasta los más modestos,
que, al final,
 son los más abyectos.

He sentido el peso de sus palabras
Como una lluvia de puñales
Ensangrentados de libertad y paz,
Como una balacera de mentiras
Disfrazadas de verdad,
Como un beso que de hiel.

Me he visto rechazado
Y defraudado en esta farsa
A la que llaman sociedad.

Cansado de jugar al hombre ideal
Al vecino perfecto
Al buen estudiante
Al chico apuesto
Y al atarbán,
He buscado una salida
Al temor de sobrevivir.

Es por eso
Sólo por eso
Que no pido, jamás, espera
Que no aspiro a una vida amena
Que no pretendo hacer la guerra
A ideales olvidados
A imaginarios desterrados,
Descalificados.
Es por eso,
Y sólo por eso
Que dejé un día de hablar
Y decidí caminar.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Mujer amada

para J.L.S.I.

Me gusta
esa manera tan tuya
tan sumamente absurda
de amarme.
Esos besos sin lengua
que son como juegos
de mesa,
como pequeños laberintos
o pedazos de cielo.

Ese olor tan tuyo
y tan de tu perfume
siempre dulce
siempre afable
tan delicioso
como una mañana de verano
o como despertar
contigo a mi lado.

Esa mirada de jade
impactante como pocas
incansablemente soñadora
inesperadamente hermosa
inestablemente fija
adrede penosa.

Me gusta
ese abrazo eterno
que me brindas sin excusa
cuando la soledad abusa
de mi calma y mi silencio
y... finalmente
me gusta que me acompañes
a escribir, de mi historia
la segunda parte.