domingo, 2 de diciembre de 2012

Quimera de un caminante

La mañana es gris:
llovera.

Me sentaré en una
banca del parque
y esperaré,
para ver a la gente
correr desesperada.

Observaré el momento
en que sacan los paraguas
y se arropan la cabeza
para evitar que la lluvia
los vaya a enfermar.

Yo seguiré esperando
sintiendo el golpear del agua
sobre mi ropa
llevándose consigo
mi memoria:
invitándome a soñar.

Y... cuando esté empapada,
empezaré a caminar
acompañado del agua
por las calles vacías
de la gran ciudad.

Veré los autos
con vidrios empañados,
vagabundos buscando
calor de hogar,
niños, saltando
en los charcos,
que me sonreirán,
que se burlarán.

No importa,
me gusta caminar,
estar mojado
al andar;
despertar del mundo
abyecto,
del cruel lugar
del que escapa
la felicidad.

Me gusta ir solo,
acompañado
de la lluvia...
pero está despejando
el cielo.

¡Es hora de trabajar!

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