lunes, 14 de noviembre de 2011

La guerra y su tristeza

Afuera llueve, pero no puedo disfrutar de las gotas y el frío, hoy no tengo ganas. Tampoco puedo dormir para verificar si se duerme mejor cuando llueve, porque no tengo sueño. Hace días que no duermo, no porque no me sienta cansado, sino porque mis ojos no se cierran, o lo hacen sólo por unos instantes y hay un pitido en mi cabeza todo el tiempo: el sonido de las bombas deja secuelas.

Cuando esto empezó, a nadie se le ocurrió que podía durar tanto, del mismo modo, quizá por la confianza que hay cuando es uno quien empieza la guerra, que podríamos perder. Vi cientos de personas enlistarse, movidos por lo que llamaban el orgullo patrio, unos, otros por fama y dinero, por mujeres, o el simple sabor de la sangre en el acero y la adrenalina de arriesgar la vida. Con el tiempo, los desfiles por los héroes fueron disminuyendo y, casi en la misma medida, iban aumentando el alistamiento de reclutas sin su consentimiento; cualquier persona después de cierta hora, se convertía en héroe.

Las noticias hablaban de batallas ganadas y de un fin próximo para la guerra, sin embargo, era imposible ocultar la verdad, las casas empezaban a estar deshabitadas, los niños crecían sin padres, los intelectuales corrían al exilio... Sólo unos pocos lográbamos escondernos del honor de luchar por un país que tomó decisiones con las que no estábamos de acuerdo.

El tiempo continuó su camino y, de la nada, empezaron a aparecer tanques y camiones, soldados enemigos rodeaban casas y edificios, pueblos e incluso ciudades enteras. Se veía a los niños correr entre los escombros, buscando algo con qué jugar y a las madres, haciendo lo mismo, buscando qué comer. Ya las noticias no mentían y el gobierno enviaba lo que llamaba su "última esperanza", el cuerpo diplomático, o lo poco que quedaba de él, puesto que muchos habían partido hacia algún otro lugar del mundo cuando todo empezó. No resultó. La rendición y el cese de hostilidades no era una opción, ni siquiera para ser tomada en consideración. Los gobernantes huyeron y, hasta donde supe, puesto que con el paso de los días los medios fueron intervenidos, para después ser sacados del aire, habían sido capturados y llevados a muchas las prisiones del enemigo.

Sumidos en la total anarquía, muchos se convirtieron en soplones, denunciando a quienes conspiraban contra la instauración de un nuevo gobierno, muchas veces con falsas acusaciones y pruebas, la situación lo ameritaba. Yo me limité a huir, a esconderme entre los escombros y cambiar de sitio todos los días, en ese tiempo era peligroso incluso estar con lo que muchos atinaron a llamar el nuevo régimen. 

En los últimos meses, cuando ya empezaban a hacerse los arreglos para la posesión del nuevo gobernante, di con un grupo de personas que, como yo, huía, pero que querían ser héroes, eso decían. Estaban bien informados y pensaban que la invasión acabaría en el momento en que el pueblo hiciera frente de forma pacífica ante el país invasor, el que ahora se adueñaba de nuestro suelo. Pensé que se podría creer de nuevo, que existía esperanza, así que me uní a ellos y, el día de la posesión, marchamos quienes quedábamos, unos pocos hombres, algunas mujeres y niños, muchos niños, que, al llegar corriendo a abrazar a los soldados de una patria distinta, fueron recibidos con el calor del fusil y el fuego de las granadas de fragmentación. Los cuerpos caían, uno a uno, mientras las personas, que ahora eran blancos de práctica de tiro, corrían buscando algún tipo de refugio. Quedaron algunas pocas fotos de recuerdo, incluso hay una mía, que me valió la entrada a la lista negra del ejército y el título de terrorista.

Ahora tengo una granada en la mano y pienso morir por una patria ya desaparecida, pero, incluso cuando no se tiene nada que perder, uno puede sentirse triste.

1 comentario:

  1. xcelente entrada, una realidad innegable. Creo que en el segundo párrafo, donde dice "La rendición y el cese de hostilidades o era opción", debió de ser un no jeje.

    Morir estando triste, morir siendo un miserable.

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