miércoles, 30 de noviembre de 2011

Poema para un fantasma

No queda ya nada en ese pasado
en ese futuro del que nunca hablamos
del que nunca haremos nada, siendo todo
nada, todo, adiós, vergüenza.

Déjame ver tu rostro,
recordar eventos no sucedidos
y cómo vuelves a desaparecer,
mientras me quedo esperando amarte
desearte, sentirte, adorarte,
arte...
Se acaba mi arte
entre las hojas de papel vacías
y mi bolígrafo sin tinta.
El verde me recuerda la esperanza
de la desgracia de quererte.

No. Hay algo más allá
de tu amor y tu deseo:
El profundo rencor de ser ajeno.

Quiero adueñarme de tu futuro
para tenerte en el pasado
sin tenerte, anhelando la noche
llorando la ilusión de estar sin estar.

Yo sentado
esperando a que nunca llegues.

Tu esbelta figura
jardín de las delicias
del fin del principio
de las sinfonías de mi alma
del ánimo quieto
de las ganas imaginadas
de volver a estar ahí
en la nada.

Tu voz ronca con tonos oscuros
tu mirada impávida de ojos hermosos
tu tiempo sagrado perdido en ilusiones
tus sueños rotos por realidades
tu silueta, siempre imaginada
en recuerdos vagos, inventados
de mis noches de agonía,
en mis muertes de cada día.

La casa vacía que cruza
tu mirada y la mía
nuestras almas reunidas.

Tú con tu orgullo que no te permite hablar
yo con mi timidez de silencios sepulcrales
diez años antes y diez años después.

1 comentario:

  1. Que lo diga este fantasma, invocar el pasado para vivirlo en el presente es una de las mayores desgracias del hombre: la condena a la esperanza, disfrutar de la miseria e impotencia.

    ResponderEliminar