domingo, 14 de noviembre de 2010

Deconstrucción de la bailarina azul

-¿Por qué escribió eso, el cuento de la bailarina azul?
-¿qué quiere que le diga doctor?
-Bueno, explíqueme cuál es el origen de esa historia, es importante para su tratamiento.
-La bailarina. Debe usted recordar que ella era bailarina, siempre fue su sueño.
-¿Dice usted entonces que se refiere a una persona en específico?
-Por supuesto, siempre hay algo nuestro en cada una de las historias que creamos, incluso en aquellas en que pretendemos imparcialidad y salirnos de nuestra esfera de pensamientos para experimentar.
-Bueno, entonces, ¿quién es esa bailarina?, hábleme de esa persona en quien se inspiró.
-Es una larga historia, hay mucho por decir y muy poco tiempo, pero... a grandes rasgos es ella una persona que fue muy especial en mi vida. Como lo digo en la historia, fue un beso maldito de un hombre infame el que la hizo así.
-¿Así, cómo?, cuénteme.
-Bueno, así... como ella es, perversa, malvada, escondida bajo un vestido de cristal, como dice la canción; siempre atenta y perfectamente hermosa, sus ojos de negro color me traen el vivo recuerdo de su mirada, tan llena de fuego y de ternura que si usted o cualquier otro los viesen quedarían rendidos a sus pies. Tiene además ella una nariz un tanto extraña, aunque perfecta, que no le gusta, aparte de esto, tiene una cara angelical, dotada de unos suaves y delgados labios, de un precioso color rosado, muy tenue.
-Bien, pero, ¿por qué dice usted que es malvada y perversa, si es tan hermosa y tanto le agrada?
-Alguna vez se ha usted enamorado?, si lo ha hecho entenderá lo duro que es el desengaño, el saber que ha estado usted ilusionado con un fantasma, que entra por los ojos y se instala, como un parásito, en el fondo de su alma, haciendo que el ideal quiera verse real, mientras en la vida todo pasa de una manera diferente.
-Y... ¿Eso qué significa?
-Que mientras yo pensé que ella era perfecta, mientras estaba en búsqueda de su amor a la antigua usanza, mientras estuve influenciado por la escuela del romanticismo, escribiendo poesía a su antojo, olvidando todo lo que realmente importaba, ella estaba con otros, viéndome la cara, siempre haciendo que mi vida sufriera daños irreversibles. Me utilizó y no pude darme cuenta, por eso es mala, porque ella lo sabía y no fue capaz de decirlo.
-Me parece que juzga usted a priori, dígame, ¿cómo lo sabe usted?
-Doctor, estimado Doctor, si le dijese ahora, no tendría sentido continuar hablando de esto, así que, pase a la próxima pregunta.
-Está bien señor escritor. Ahora dígame, ¿esta mujer es realmente una bailarina?, porque me dice usted que ése fue siempre su sueño.
-Bueno, no lo sé, la última vez que hablé con ella estaba decidida a volver realidad ese sueño, pero no sé qué habrá sido de ella. En realidad no importa.
-Está bien, es usted quien decide hablar... y... ¿Por qué viste de azul?
-Es una buena pregunta Doctor. El color de su vestido se debe al día en que la conocí; llevaba un blue jean y una blusa de color azul que, al llegar al sitio en el que se ubica la cintura, daba la impresión de ser una falda, como las que se usan para el ballet, como esos tu-tu, que también era de color azul y que, además, se veía muy bello sobre su cuerpo al ser alumbrado por la luz de la luna de esa lejana tierra de la que venía.
-Entonces ella no vive acá.
-Así es.
-Y... Me habla de la luz de la luna, ¿tiene algo que ver con su escrito?
-Por supuesto, la luz de la luna es un recuerdo fundamental de mi idealización de su belleza, al recordarla para escribir, no puedo evitar nombrarla, es la atmósfera que se necesita para comprender cuánta belleza realmente tiene la bailarina.
-Ya veo, usted pretende crear una completa atmósfera, transmitir todo su sentimiento al lector. Pero, hay algo que me llama la atención.
-Pregunte.
-¿Por qué es usted el caminante?, siempre ha dicho usted en entrevistas que usted es ese caminante, ¿cuál es la razón de esto?
-Bueno, es mi venganza y mi condena. Le explico, es mi venganza porque al verla allí, en sentido figurado, con su vida acabada, como sé que ahora lo está, no pretendo caer en sus garras de nuevo, prefiero dejarla deseando la ayuda de alguien como yo, pero es mi condena, porque esto requiere un gran sufrimiento para mi, porque es alguien que marcó mi vida.
-Bueno, con eso explicamos su escrito y quiero que me diga usted si me equivoco al decirle entonces que ha usted escrito a una persona, la ha descrito y ha narrado una venganza, con una atmósfera que a usted le recuerda la belleza que tenía, por eso elige el color del vestido y las condiciones atmosféricas en que la conoció. Además, aunque usted no lo ha dicho, relata las emociones de esta persona si usted se vengara de ella, y además, aparece usted como vengador y condenado por los hechos que acaecieron mientras su enamoramiento duró.
Así es Doctor, no se equivoca. Bueno, se terminó el tiempo de esta sesión, por favor, mándele un saludo a su esposa y pregúntele si recuerda la noche en que nos conocimos. Sea usted muy feliz.
-Hasta luego señor escritor. (La puerta del manicomio se cierra y la pregunta queda en el aire: ¿Por qué habrá dicho eso?)

2 comentarios:

  1. Para entender bien de qué se habla, por favor ir a http://utopiaexperimental.blogspot.com/2010/10/la-bailarina-azul.html

    ResponderEliminar
  2. "siempre hay algo nuestro en cada una de las historias que creamos, incluso en aquellas en que pretendemos imparcialidad" Real, y como siempre un final que sorprende...

    ResponderEliminar