viernes, 17 de diciembre de 2010

Sueños rotos

De cada día un sueño que termina,
el silencio de respuestas que terminan en sonrisas
que desprecias.
De cada llanto un sueño que termina,
en brasas de dolor intenso,
en almas desaparecidas
e infortunio eterno.
De todo sueño un sueño que termina,
un espacio vacío de mentes intelectuales
que superan la pasión,
que controlan al gigante al que llamo corazón.

Pero el sueño sigue
y es mejor desaparecer en la augusta noche de la soledad,
en medio del campo de los sueños sin cumplir,
a la mirada de los felices que,
en abundancia,
se burlan de nefastos personajes que corren en la noche,
noche de sal, noche de frío de un verano inaccesible,
en el que no queda más que llorar.

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