Después de tanto esperar, ella llegó y le dio un beso en la boca. El cerró los ojos y se limitó a sentirlo, el beso fue el más hermoso que hubiese recibido y su corazón se encendió en tierna pasión. Se levantó y, en ese momento, vio que ese beso no era suyo, porque ella estaba ya estaba comprometida.
Son deleite sus microcuentos, de pronto porque no son, por lo menos para mi, tan cuentos, sino realidades demasiado cercanas a este momento de mi vida.
ResponderEliminaragradezco el comentario. En mi parecer, eso es lo que se hace, simplemente transmitir a otros una interpretación de la realidad, con miras a hacer que el lector se identifique.
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